EL HONESTO SIEMPRE GANA (tomado del libro Cada día más
sabio por el pastor Alejandro Bullón - reproducido con permiso de la Asociación
Publicadora Interamericana)
El peso falso es abominación a Jehová; mas la pesa cabal
le agrada. Proverbios 11:1
El velocímetro del
auto de Antonio dejó de funcionar. Dos
años después, mandó arreglarlo y vendió el vehículo como si tuviera solo 5.000
kilómetros de uso. Después, al llegar a
casa, le contó el asunto a los hijos como si hubiera realizado la mayor
hazaña. La persona que compró el
automóvil, también le contó la noticia de la compra a su familia, como si fuese
la mayor bendición.
Aquí tenemos un
cuadro real. Un engañador y un
engañado. La justificación de Antonio es
que, ni él había desconectado el velocímetro, ni había forzado a nadie a
comprar el auto, por tanto, no había hecho nada malo.
Todos los días, en
todos los lugares, se repite esta misma escena.
Las personas saben que están engañando y otros no saben que están siendo
engañados. Los primeros piensan que
recibieron de Dios el don de la “viveza”, que son expertos para los negocios, y
que están aprovechando el don recibido.
Sin embargo, el
proverbio de hoy, enfatiza que esta actitud es abominable para el Señor. La “balanza engañosa” que menciona el sabio,
es justamente la actitud de mentir con la finalidad de obtener una ventaja. No decir la verdad es una forma más
“tranquilizadora” de mentir, pero igualmente deshonesta.
La felicidad se
construye con relaciones enriquecedoras, inclusive con aquel con quien solo nos
relacionamos una vez para realizar un negocio.
Cuando esas relaciones no son auténticas, dejan un sabor amargo de culpa
que perturba. Este es el motivo por el
que Dios desea que los seres humanos sean honestos los unos con los otros. No hay felicidad sin honestidad.
El peso justo puede
dar la impresión de ser una pérdida. En
opinión de mucha gente, tú podrías ganar más si sacaras un gramo de cada
kilo. “Nada más”. “Nadie se dará cuenta”. “Uno no necesita ser exageradamente
justo”. Estos son los argumentos que
escuchas todos los días. Pero dormir con
la conciencia tranquila no tiene precio.
Hay gente que, por ser deshonesta, tiene que gastar su dinero para
realizar algún tipo de terapia psicológica.
Por eso, pídele hoy
a Dios que oriente tus pasos, porque “El peso falso es abominación a Jehová;
mas la pesa cabal le agrada”.
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