¿QUÉ HACER? (tomado del libro Cada día más sabio por el
pastor Alejandro Bullón - reproducido con permiso de la Asociación Publicadora
Interamericana)
No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca;
corrige al sabio, y te amará. Proverbios 9:8.
¿Qué hacer con el
hijo rebelde que no respeta a los padres y menosprecia sus consejos? ¿Cómo
comenzar una conversación con alguien que no quiere oír? ¿Qué tipo de ayuda se
le puede dar a un escarnecedor?
El consejo bíblico
de hoy es contundente: “No lo reprendas”. “Déjalo seguir su camino”. Pero, ¿no
dice la Biblia que Dios está siempre llamando y esperando el regreso del hijo
rebelde?
La razón por la
cual Salomón aconseja no reprender al escarnecedor, es que el escarnecedor
perdió la noción de lo que está bien y de lo que está mal. El verbo reprender,
yakai en hebreo, da la idea de un juicio de valores. Literalmente, Salomón está
afirmando: “No le digas al escarnecedor qué está bien y qué está mal”, porque
no tiene ya la capacidad para distinguir entre el bien y el mal. ¿Cómo puede un
hombre que perdió el paladar saber lo que es dulce o lo que es salado?
Llega un punto en
que ayudar al escarnecedor solo causa problemas. La persona no quiere oír y
reacciona con agresividad o indiferencia. En esos casos el mejor camino es la
oración. La oración nunca falla. Mientras tú oras, Dios continúa trabajando en
el corazón del pecador impenitente.
Un día, Jesús dijo:
“No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los
cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen”. * Jesús estaba
afirmando el consejo de Salomón. Insistir en ayudar a alguien que no quiere ser
ayudado, es correr el riesgo de acabar lastimado. Todos salen perdiendo.
¿Qué se puede hacer
por el ser amado que no quiere oír consejos? Apenas amarlo. Mostrarle que tú
estás de su lado. Puede no concordar con tu manera de pensar y de actuar, pero
tú estás presente, listo para extenderle la mano en la hora que lo necesite.
Amar en silencio es
la mejor manera de conquistar un corazón rebelde. Nadie resiste el argumento
del amor. Las palabras hacen mucho ruido y dicen poca cosa. El amor es como la
espada afilada, que penetra el alma.
Haz del día de hoy
un día de amor y de comprensión. Haz de este día también un día de oración
intercesora. Pon delante de Dios el nombre de alguna persona que amas y que no
se deja ayudar, pero no olvides el consejo: “No reprendas al escarnecedor, para
que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará”.
Mateo 7:6
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