DIOS SE COMPLACE (tomado del libro Cada día más sabio por
el pastor Alejandro Bullón - reproducido con permiso de la Asociación
Publicadora Interamericana)
Se complace Dios en los que le temen, y en los que
esperan en Su misericordia. Salmos
147:11.
La comisaria de a
bordo que me recibió en el vuelo 8881 de
La Paz a San Pablo, me preguntó con timidez: “¿Es usted el pastor Bullón?” El
brillo de sus ojos negros y la sonrisa de su rostro moreno expresaban una
emoción especial. Había leído mi libro “El tercer milenio y las profecías del
Apocalipsis”, y en ese momento estaba experimentando una lucha interior: su
mente aceptaba las verdades bíblicas y su corazón las temía.
“Dios hizo muchas
cosas en mi vida –dijo-, pero veo tantas dificultades ante mí que tengo miedo
de decidirme”.
Cristiane estaba
pasando por el proceso doloroso del crecimiento. Crecer no es fácil, porque
significa aprender a navegar, rumbo al puerto seguro, a través de un mar de
constantes cambios y de paisajes cambiantes. Crecer es adentrarse en un mundo
desconocido, y eso provoca miedo, porque tú vives una realidad que fue
construida de imágenes y de experiencias, algunas creadas por ti mismo y otras,
tomadas prestadas del mundo que te rodea.
Cuando esa realidad
es solo humana y limitada a los valores de esta tierra, tú no sientes
seguridad. Vives, pero siempre hay una sensación inconsciente de vacío. Hasta
que un día te encuentras con la Palabra de Dios, cuyos valores son absolutos y
concretos, porque vienen de un Dios eterno y absoluto. Sin embargo, como esos
valores no siempre armonizan con la fragilidad de tu realidad humana, el
resultado es miedo, duda e indecisión.
Pero Cristiane es
sincera, honesta y soñadora. Sueña con la realidad de una vida plena. Sabe que
la plenitud no puede ser el fruto de su esfuerzo humano y, por eso, busca a
Dios. La emoción de encontrarme en el avión, inesperadamente, nacía del hecho
de querer que un día, de alguna manera, Dios le dijera: “Hija, sigue adelante.
No tengas miedo. Solo en Mi y en Mi Palabra tu realidad tendrá los colores del
arco iris, la belleza del amanecer y la permanencia de la montaña”.
Cristiane, no sé si
volveré a verte en esta vida, pero quiero recordarte a ti, y a todos los que
como tú buscan con sinceridad a Jesús, que “Se complace Dios en los que lo
temen, y en los que esperan en Su misericordia”.