jueves, 27 de marzo de 2014

Obra social en Barrancabermeja

Muy queridos míos,

En esta oportunidad les traigo una información muy valiosa de una obra social que se está adelantando en la ciudad de Barrancabermeja (Colombia). Quienes deseen ayudar pueden hacerlo contactando directamente al profesor Oscar:

correo: oscarmirritenis@gmail.com
celular: 57-3102563083
profesor de tenis club miramar

HOLA DIOS LOS BENDIGA
Les comparto este testimonio de la obra de Dios,que me sucedio en la actividad de los habitantes de la calle el dia 30 de marzo 2013,que es de bendicion para todos los hogares de la familia tenistica. Esta semana santa unas familias que colaboran con el programa salieron de vacaciones,y el miercoles con mi esposa y un poco alcanzados de dinero estamos hablando que ibamos a repartir y decidimos arroz con atun que era poco economico y teniamos en casa 5 kilos de arroz nos falta el atun y pan tajado,y nos fuimos a carrefour ese dia a comprar el atun y que SORPRESA LA PRIMERA INTERVENCION DE DIOS el atun en PROMOCION, 3 latas de atun por $5000 y más el 20% de descuento, compramos 4 paquetes en total 12 atunes,y comente ahí esta la mano de Dios,el sabado nos va bien,el viernes nos levantamos con la noticia que un habitante de la calle muerto era el mudo,el sabado pasado le regalamos ropa y estaba contento,y nos reimos ese ultimo sabado, me dio tristeza cuando vi el periodico y salio en la pagina principal,,ya el sabado estamos preparando el arroz,en una olla grande y rindio mas de lo esperado,bueno nos toca comprar mas atun,cuando llego una de las familias que nos apoyan con 7 latas de atun y dijimos es de nuevo la mano de Dios y cuando vimos otra vez el arroz nesecitamos una olla mas pero mediana y iniciamos a destapar el atun y mesclar el arroz,(una cosa es decirlo y otra es mirar lo que es el amor de Dios) nos dijimos para 60 personas no mas,y con toda sinceridad y con la mano en el corazon,con 5 kilos de arroz y 19 latas de atun alcanzo para mas de90 personas y unas repitiendo,y esta vez llegaron con las ganas de jugar tenis y se jugaron varios partidos,sin tener que decirle que jugaran,y pasamos un dia lleno de bendicion apesar de la situacion que se esta viviendo en ese sector que llevan en 2 semanas 5 habitantes de la calle muertos, pero ahí estamos que atraves de este deporte podemos tambien llevar el mensaje de Dios a estas personas que lo nesecitan,perdonen por abusar de su tiempo en contarles esto,pero para mi era importante compartir esto y seguir animandolos a que nos siga colaborando en esta actividad que esta llena de bendiciones para todos ustedes mis grandes amigos. atte oscar





Carlos Agudelo
http://groups.google.com/group/mensajes-de-reflexion-sobre-la-busqueda-de-Dios http://groups.google.com/group/messages-of-reflection-about-the-search-for-God

martes, 18 de marzo de 2014

EN VANO



EN VANO (tomado del libro Cada día más sabio por el pastor Alejandro Bullón - reproducido con permiso de la Asociación Publicadora Interamericana)

Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.  Salmos 127:1.

“Soy el rey del mundo, soy el más grande”, gritaba el joven boxeador el 25 de febrero de 1964, ante las cámaras de la TV, desde el cuadrilátero del Miami Beach Convention Hall.  Mohamed Ali acababa de consagrarse campeón de los pesos pesados, con apenas 22 años.  “El mundo entero está a mis pies, escriban eso”, le dijo a los periodistas.
Y era verdad.  Aquel año, el mundo entero estaba a sus pies.  Pero, en 1996 el mundo entero lo vio debilitado, en ocasión de las Olimpíadas de Atlanta.  Apenas podía ascender para tomar la antorcha olímpica.  Era evidente que ya no era el “rey del mundo”, ni el “mejor”.  Estaba envejecido y deteriorado por el mal de Parkinson.
Eso es lo que dice el salmista, cuando afirma que:  “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”.  Estás ante un nuevo año.  No te atrevas a entrar en él sin la seguridad de que Jesús está en el control de tus planes.  Tu trabajo, tu esfuerzo y dedicación solo tendrán sentido si “el Señor edificare la casa”.
Acepta el desafío de un nuevo año.  Piensa en grande.  Mira lejos.  Trabaja, pero pregúntate:  Quién está en el centro de mis planes?  Esto es vital.  Un día, un millonario excéntrico reunió a sus amigos para pasar el fin de año en su yate de 10 millones y gastó la bagatela de un millón de dólares en la fiesta.  Aquella noche, los fuegos artificiales iluminaron la oscuridad en el mar Caribe, y todos levantaron los vasos de champán deseándose “salud, dinero y amor”, pero el siguiente enero no llegó.  Por lo menos para él, no.  Un infarto fulminante segó su vida en junio de aquel mismo año.
La vida humana es frágil como la flor.  Hoy es, y mañana no existe más.  Se marchita como la hierba del campo.  Desaparece como la nube llevada por el viento.  Por tanto, pon a Dios en el fundamento  de tus proyectos, porque sin Él, “De nada sirve trabajar de sol a sol y comer un pan ganado con dolor” (Salmos 127:2).
Trabaja en sociedad con Dios.  El hombre del campo ara la tierra y planta la semilla.  Pero si Dios no hace salir el sol y caer la lluvia, de qué sirve el trabajo?  Así sucede en otras áreas de la vida.  “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”.



 

jueves, 13 de marzo de 2014

Testimonio de taxista y ayuda para su hija de doce años



Muy queridos míos,

Reciban un saludo fraternal. En esta oportunidad les envío un testimonio bellísimo de un gran milagro que Dios obró en Julian, un taxista que conocí en la ciudad de Bucaramanga (Colombia). Le hice una entrevista a Julian, que transcribo más abajo, y Julian estuvo de acuerdo en compartir su historia por internet. Julian tiene dos hijas, la mayor de las cuales tiene una enfermedad muy delicada, Megacolon. Adjunto una foto de las 2 hijas de Julian más abajo.

“Yo tenía una enfermedad grave, la cual ningún médico fue capaz de dar con el nombre, ni fueron capaces de descifrar esa enfermedad, por la cual yo quedaba inconsciente, con signos vitales normales. No eran ataques de epilepsia, ni ninguna de estas enfermedades, ya que no convulsionaba, y los médicos decían que no hallaban ni encontraban ningún antídoto, pastillas o droga para curarme de esa enfermedad, la cual venía padeciendo desde los doce (12) años (al momento tengo 42 años de estar viviendo, gracias a mi Dios).
Conocí a Dios un día cuando estaba desesperado, demasiado triste. Cuando nació mi primera hija conocí a mi Dios. A mi hija nunca la podía sacar a la calle, nunca la podía yo alzar, porque en cualquier momento yo podía caer al piso y podía sucederle algo a ella. Mis papás querían llevarme a donde unos brujos. Le dijeron a él que me tenía que comprar un poco de droga, entre eso que comprara unos menjurjes de vino, de uvas pasas, de calcio, para ellos revolver todo eso y echármelo en la cabeza porque eso era un mal postizo que me habían puesto, que le habían puesto a mi papá y me había caído a mí. Pero gracias a mi Dios, ese día yo conocí, me llamaron a mí unos amigos, y me dijeron que había una campaña, y yo dije: Voy a esperar a ver si Dios es capaz de resolverme este problema. Uno siempre busca de Dios a lo último. Pero fue tan grande mi Señor, que no me dejó ir donde esos brujos. Ese día me dio más grande la enfermedad. Fueron casi 6 horas en estado de coma. Mi familia lloraba mucho porque yo no reaccionaba. Casi 6 horas botado en el piso. Y entonces a lo que yo desperté, el enemigo me decía que yo me matara, que yo no servía para nada. Salí corriendo en pantaloneta y sin camisa, en chancletas, por toda la calle. Y llegué a donde un familiar. Menos mal que ese familiar me conoció y me dio la mano, y me tuvo ahí. Pero el enemigo quería que yo me le atravesara a los carros, que yo me matara. Pero gracias a Dios busqué a mi Señor. Él me decía que lo buscara. En ese momento yo no entendía por qué. Pero yo decidí. Le dije a mi papá que primeramente iba a ir a donde Dios, me dijeron que Él verdaderamente me sanaba, y que Él no era ningún brujo, ni ningún hechicero, que Él con la misericordia me iba a sanar. Fui a la calle 43 con 14, ahí en la iglesia del Movimiento Misionero Mundial. Fueron 4 días de campaña muy hermosa, pero esos 4 días yo no sentí nada. Yo oraba, rezaba, porque yo no sabía qué era oración, yo lo único que le decía a mi Dios era que me sanara, porque yo quería disfrutar de mi hija, quería poderla alzar, quería poder salir con ella, sin que hubieran 2 o 3 personas al lado mío. Poder llevarla a una piscina, poder llevarla a un parque. Y eso fue tan duro para mí, que la decisión más importante que tomé en mi vida, y que hasta el día de hoy soy el hombre más feliz, fue el haber ido ese día a esa iglesia. Aunque ese día no pasó nada, pero el Señor sabía que yo no tenía nada. En el último día de campaña no tenía para los pasajes, mi suegra sacó y me regaló para los pasajes, y como yo no podía ir solo, le dije a mi esposa, no me regalaron sino para el mero pasaje mío, entonces yo le dije a mi esposa: Yo me voy, si yo no vuelvo es porque el Señor así lo quiere, pero si yo vuelvo es porque el Señor me ha ayudado. En cualquier momento me podía dar la enfermedad, y me fui solo para allá, y llegué, y ese día el Señor trató con mi vida. Fue algo muy hermoso. Yo no sabía que Dios existía, que era tan grande, tan misericordioso. Ese día no sé cómo el Señor me transportó hacia un lugar, una visión, vi una nube tan hermosa, tan hermosa, tan blanca como dice la Escritura que dice que nos quitará todas esas manchas , y seremos limpios como los copos de nieve, como algo tan hermoso. Una nube tan hermosa y tenía un letrero tan hermoso, hasta el día de hoy me acuerdo tanto que decía JESUS. Ese día me vine para mi casa, ese día me dio la enfermedad dos veces, una hora y después me dio como media hora. Yo al otro día decía Señor Ud. me ha sanado, Ud. me ha sanado, pero mucha gente (como no sabían que cuando yo caía al piso quedaba inconsciente por fuera, pero por dentro tenía todos mis signos vitales, incluyendo mis oídos mi mente, y escuchaba todo lo que ellos hablaban) decía: Pobrecito, él cree que Dios lo sanó, pero sigue enfermo, pero toca seguirle la corriente que Dios lo sanó, así a él le pase lo que le pase. Recuerdo que a los ocho días fui a una iglesia más cercana, que encontré en mi barrio, en Piedecuesta. Y el Señor trató conmigo, me decía que Él si me podía sanar, que podía glorificarse de una manera especial en mi. Y entonces yo llegué y le dije a mi esposa: Yo sé que ud. no me cree que Dios me sanó, pero algún día uds. me van a creer, yo tengo la fé puesta en mi Señor. Ese día le clamé con tanto amor, le dije: Señor si Ud. me sana de esa enfermedad tan terrible, haré como Samuel cuando su madre Ana lo entregó, entrego mi vida hacia Ti Señor. A los ocho días, recuerdo tanto que era un martes, a las 4:30 de la tarde, yo estaba acostado hablando con mis suegros y con mi esposa, mi hija estaba recostada en las piernas de mi suegra, y ese día me volvió a dar la enfermedad, pero yo sentí algo diferente en esa enfermedad, yo sentí que no era la enfermedad, pero quedé inconsciente, y fue ese día el más hermoso de mi vida, la emoción fue tan grande porque yo sentí ese día que eso no era algo de mi enfermedad. Yo quedé inconsciente, pero sentí una mano caliente, una mano que se ponía desde la punta de mi cabeza hasta el dedo gordo de mis pies, pasó por todo mi cuerpo, y yo le decía: Señor, gracias. Y el Señor me decía que a partir de ese momento sano estaba, y mi hija también. Yo decía en mi mente: Pero por qué mi hija? Cuando yo desperté mi hija estaba vomitando, tenía náuseas, y la niña mía tenía apenas cuatro añitos, y hasta el día de hoy le doy gracias a mi Señor, porque mi Dios es tan grande y tan poderoso que desde ese día sentí la presencia de Dios, esa mano tan hermosa tocando mi mente, mi corazón, sanándome. Ya llevo siete años manejando taxi, para la gloria de Dios, y le doy gracias a Dios, porque desde el día que el Señor tocó mi vida he sido sano, y le he podido decir a las personas que Dios verdaderamente existe, y que es grande y misericordioso con cada uno de nosotros, cuando verdaderamente ponemos la mirada en Él.“

La hija mayor de Julian está enferma. Tiene Megacolon. En estos momentos la familia de Julian está batallando con eso. La hija mayor de Julian tiene doce años en la actualidad. Han tenido que colocarle supositorios, ha tocado hacerle lavados para que ella haga del cuerpo. Lamentablemente su situación económica no les da para llevar a su hija donde un especialista. Anexo una foto de las dos hijas de Julian.

Les agradezco ayuden a Julian con el tratamiento médico de su hija mayor. Pueden llamarlo al (316) 605-6319. Recuerden que “a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará, y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá” (Lucas 12:48), y a nosotros Dios nos ha dado mucho.



Un abrazo y miles de bendiciones.

martes, 11 de marzo de 2014

MAS PRECIOSA QUE LAS PIEDRAS PRECIOSAS



MAS PRECIOSA QUE LAS PIEDRAS PRECIOSAS (tomado del libro Cada día más sabio por el pastor Alejandro Bullón - reproducido con permiso de la Asociación Publicadora Interamericana)

Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.  Proverbios 3:15

Imagina la escena.  Una mañana, mientras te diriges al trabajo, ves en la carretera a una anciana haciendo dedo.  Por las ropas que viste, la mujer es pobre y por el aspecto del rostro se esta sintiendo mal.  Tienes prisa, sin embargo, tu corazón habla más alto y detienes tu vehículo.  Ella te pide que la dejes en el hospital más cercano.  Te das cuenta que ella está muy mal y aceleras a fondo.  Durante el corto viaje, inadvertidamente, ella mete un papel en tu bolsillo.  Al llegar al hospital la anciana muere.
A la noche, en casa, encuentras el papel que dice:  “Soy una mujer solitaria, el único hijo que tuve me abandono hace muchos años.  El no sabe que recibí una herencia.  Tengo un millón de dólares guardados en la caja de seguridad del banco tal.  La clave de la caja es PX402.  Si usted me presto socorro, el dinero es suyo.”
Que harías?  Tirarías el papel?  Pensarías que aquella mujer sería incapaz de tener un millón de dólares?  Correrías al banco para ver si era verdad?
Un millón de dólares es mucho dinero.  Nadie sería tan loco de no hacer caso de una fortuna tal.  Pero el proverbio de hoy afirma que hay algo mucho más precioso que un millón de dólares.  El versículo dice:  “Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.”  Salomón está hablando aquí de la sabiduría.  Sabes porque hay personas frustradas, fracasadas e infelices?  Porque no saben vivir.  Pueden tener dinero, fama, poder y cultura, pero no saben vivir.  Existir no es vivir.  Vivir es un arte que requiere sabiduría.
Sabiduría, en el entender de Salomón, no es solamente conocimiento.  Es la habilidad para usar el conocimiento.  Una persona puede tener títulos doctorales, pero no sabiduría.  La sabiduría bíblica no es teórica, es práctica.  Inclusive, una de las primeras veces que se usa la palabra sabiduría en la Biblia, es con relación a la capacidad que los artesanos tenían para confeccionar las ropas del sacerdote.  Las ropas tenían que ser impecables, perfectas en sus mínimos detalles.  Si eres sabio, harás de tu vida una obra de arte, perfecta en todos sus detalles.  Y serás feliz.
Por eso, al comenzar este año, pídele a Dios sabiduría y recuerda que la sabiduría es más preciosa que las piedras preciosas; “y todo lo que puedas desear, no se puede comparar a ella”.