lunes, 19 de enero de 2015

LA LOCURA DEL PECADO


LA LOCURA DEL PECADO (tomado del libro Cada día más sabio por el pastor Alejandro Bullón - reproducido con permiso de la Asociación Publicadora Interamericana)

 

Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; todos los que me aborrecen aman la muerte. Proverbios 8:36.

 

La palabra “pecado” suena agresiva a los oídos del hombre moderno. Prefiere utilizar “debilidad”, “error”, “falta de cortesía”, o “desvío”. Pero Dios llama al pecado, pecado. No hay alternativa. El versículo de hoy nos enseña que aunque el pecado es una actitud contra Dios, la realidad es que la mayor víctima es el mismo pecador, porque “defrauda su alma”, la violenta, afirma Salomón.

Es impresionante la miopía espiritual del ser humano. Peca porque quiere ser feliz y, sin embargo, no da en el blanco y acaba siendo desdichado. Busca el placer y encuentra el dolor, procura la realización, pero “defrauda su alma”. Corre detrás de los espejismos y acaba perdido en el desierto de esta vida. No encuentra paz, sufre, se tortura y envejece sin encontrar lo que busca. Según el texto de hoy, quien destruye el alma del pecador no es el diablo, sino él mismo, porque nada sucede sin el consentimiento humano. El enemigo puede usar los argumentos más fascinantes, prometerle lo que quiera, pero no puede obligarlo a pecar. Si el hombre peca, es porque acepta hacerlo. En algún momento del proceso de la tentación, decide entregar su voluntad y ponerla bajo el control del enemigo.

La única seguridad para el ser humano es entregar la voluntad a Jesús, buscarlo todos los días y depender constantemente de Él. Quien no lo hace, “ama la muerte”, dice Salomón. Este amar la muerte no es de hecho. Nadie ama la muerte de hecho, sino de efecto. Porque el resultado de vivir sin Cristo y de andar por el camino equivocado, es la muerte eterna.

Tú necesitas ser feliz. La única manera de ser feliz es hacer felices a las personas que amas, creando un clima de comprensión, perdón y aceptación que solo las personas que tienen paz pueden crear.

Acude hoy, de nuevo, a Jesús y pídele que te dé sabiduría para decidir, para salir y para entrar. Asegúrate de que tu vida sea el desarrollo de la voluntad divina. Sométete a Jesús y recuerda lo que Él dijo: “Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; todos los que me aborrecen aman la muerte”.

martes, 13 de enero de 2015

DESDE LA CAVERNA DE LA VIDA


DESDE LA CAVERNA DE LA VIDA (tomado del libro Cada día más sabio por el pastor Alejandro Bullón - reproducido con permiso de la Asociación Publicadora Interamericana)

 

Saca mi alma de la cárcel, para que alabe Tu nombre; me rodearán los justos, porque Tú me serás propicio. Salmos 142:7.

 

La paciente no dejó hablar al médico y dijo: “Mi problema no está en el cuerpo, doctor, está en el alma. Soy una mujer vacía, hay algo que no anda bien dentro de mí. ¿Qué puede hacer la ciencia?”

Existen enfermedades psicosomáticas que destruyen la vida. Las raíces del mal están en el alma, pero los efectos son físicos. Ningún examen médico es capaz de detectar la causa y, como consecuencia, el cuerpo se va debilitando poco a poco.

En el versículo de hoy, el salmista habla de este tipo de mal: “Saca mi alma de la cárcel”, suplica el salmista.

Algunas Biblias dicen lo siguiente en el sobrescrito de este salmo: “Salmo didáctico de David. Oración que hizo cuando estaba en la caverna”. David estuvo escondido en cuevas en dos ocasiones. Una, cuando huyó de los filisteos y se escondió en la cueva de Adulam; y otra, cuando tuvo la oportunidad de acabar con la vida de Saúl, en la cueva de En-gadi. Los eruditos no definen en cuál de las cavernas fue escrito este salmo; pero no importa en cuál haya sido, metafóricamente el salmista se encontraba en la caverna de la vida, en esos momentos en que las sombras de las dificultades no le permitían ver un palmo adelante.

David deja en claro que, si el Señor lo libra de cárcel de la depresión en que se encuentra, enaltecerá el nombre del Señor y los justos lo rodearán como si fuesen una corona de victoria en su cabeza. Esa es la vida que Dios quiere que tú vivas.

La mujer que entró en el consultorio médico recibió el consejo de permitir que Dios la liberara de los sentimientos negativos que estaban envenenando su corazón. Odio, rencor, deseos de venganza. Aquella mujer tenía motivos de sobra para abrigar esos sentimientos, pero esos mismos sentimientos se habían transformado en una cárcel para su alma. Cuando ella cambió esos sentimientos por el deseo de perdonar, comprender y amar, todo cambió en su atribulada vida.

¿Te sentiste alguna vez prisionero de sentimientos negativos? Mientras aceptes esa situación, no podrás ver las cosas bellas de la vida, ni disfrutarás de los momentos felices que las personas amadas te proporcionan.
En la oscuridad de la cueva solo existe soledad, egoísmo, tristeza, amarguras. Por eso, clama con David: “Saca mi alma de la cárcel, para que alabe Tu nombre; me rodearán los justos, porque Tú me serás propicio”.




lunes, 5 de enero de 2015

QUE HACER CON LOS ENEMIGOS?


¿QUE HACER CON LOS ENEMIGOS? (tomado del libro Cada día más sabio por el pastor Alejandro Bullón - reproducido con permiso de la Asociación Publicadora Interamericana)

 

Cuando los caminos del hombre son agradables a Dios, aún a sus enemigos hace estar en paz con él.  Proverbios 16:7.

 

Todos los días, no importa por dónde vayas, en cualquier esquina de la vida, aparece alguien tratando de derribarte. A veces sin motivo, por pura envidia, o simplemente por mala voluntad. Cuando el enemigo es visible, tú te cuidas, te defiendes y te proteges. Pero, ¿qué sucede cuando no sabes dónde está el enemigo? ¿Cómo reaccionas cuando el enemigo está disfrazado de amigo, o cuando se esconde en tu círculo íntimo?

El proverbio de hoy explica la manera como Dios puede transformar a los enemigos en amigos. Dios no usa un “pase mágico”, como muchas veces nos gustaría que hiciera. Él no toca el corazón del enemigo y el problema queda resuelto. No. A nosotros, los seres humanos, nos gustan los “milagros” instantáneos. Seguimos la ley del menor esfuerzo, esperando que todo venga del cielo.

Pero las cosas con Dios no siempre son así. Él responde el clamor de Sus hijos. Está listo a transformar a sus enemigos en amigos, pero usa un instrumento llamado “ser humano”: te usa a ti.

El proverbio de hoy afirma que “cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aún a sus enemigos hace estar en paz con él”; es decir, te reconcilia a ti con tus enemigos. ¿Te das cuenta que el instrumento que Dios usa aquí es el propio camino del hombre? Un camino “agradable al Señor” es un camino sin odio, ni rencor, ni amargura contenida. Todo eso es veneno que destruye el alma. Un corazón envenenado no está en condiciones de recibir al enemigo como amigo. El rencor genera rencor, el odio provoca odio, y la amargura alimenta a ambos.

Cuando tú vas a Jesús y convives con Él, el carácter del Maestro se reproduce en ti y entonces eres capaz de pagar el mal con el bien, y puedes orar a Dios, diciendo: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”. *

Cuando permites que el Señor habite en tu corazón, Él usa tu camino, tu testimonio de amor y tu humildad, para tocar el corazón de tus enemigos de modo que sus ojos se abran para comprender que son enemigos sin tener motivos para serlo. Es ahí donde sucede el milagro. Muchas veces vi gente dura, intransigente, pidiendo perdón y reconociendo su error.

Por eso, pídele hoy a Dios que te dé un corazón capaz de perdonar y amar a tus enemigos gratuitos, porque “cuando los caminos del hombre son agradables a Dios, aún a sus enemigos hace estar en paz con él”.

  • Lucas 23:34.